Luego de la dolorosa derrota 2-1 en la final de la Copa Libertadores ante Fluminense en Brasil, el plantel de Boca Juniors arribó a suelo argentino este domingo tras aterrizar en Ezeiza alrededor de las 19 horas en el vuelo proveniente de Río de Janeiro. Una gran cantidad de hinchas aguardaron por los futbolistas para brindarles su apoyo en el aeropuerto, mientras otro grupo se trasladó al predio que tiene el club a pocos metros.

Alrededor de las 14.45, la delegación abandonó el hotel en Barra de Tijuca y se subió a los micros que los transportaron rumbo al aeropuerto internacional Galleao, de la ciudad brasileña donde el conjunto que dirige Jorge Almirón no pudo conseguir la séptima estrella en el Maracaná al caer en tiempo extra.

Una vez que los jugadores y los integrantes del cuerpo técnico se bajaron de la aeronave, se trasladaron al predio del club para retirar sus automóviles y descansar en sus respectivos hogares, ya que el lunes volverán a los entrenamientos pensando en el choque del miércoles 8 de noviembre a las 19 en el Nuevo Gasómetro ante San Lorenzo por la fecha 12 de la Copa de la Liga, en la cual Boca se encuentra fuera de los primeros cuatro conjuntos de la Zona B.

En el trayecto desde el aeropuerto hasta el predio de Boca, los cientos de fanáticos fueron acompañando a los dos micros en una caravana con bengalas de humo, banderas y cánticos de aliento al plantel, que rápidamente volverá al trabajo el martes 6 de noviembre por la mañana.

Por otra parte, el Xeneize tiene como objetivo la clasificación a la Copa Libertadores 2024 y por el momento está en puestos de Copa Sudamericana por tabla anual. Los de Almirón están a tres puntos de Defensa y Justicia, el último equipo que estaría obteniendo un cupo para el máximo certamen internacional en el continente.

Tras el mal trago en la final, el club realizó una publicación en sus redes sociales para agradecerle al público el apoyo al equipo: “A los que fueron al Maracaná, los que coparon Río y a los que alentaron desde sus casas. No alcanzan las palabras para agradecer semejante muestra de amor. Boca fue, es y será siempre grande por su gente. Gracias por ser parte del movimiento popular más grande del mundo”.

Uno de los interrogantes post derrota con Fluminense fue que pasará con el futuro de Almirón en el club, ya que quedó en el ojo de la tormenta por el rendimiento del equipo en el primer tiempo, su planteo y los cambios que realizó en el complemento. El contrato del DT concluye el 31 de diciembre de 2023 y hay dudas sobre una posible renovación.

“El dolor es muy fuerte, veremos mañana cómo sigue todo. Hoy estamos masticando dolor”, fueron las palabras del técnico tas el partido. Almirón ya no pudo dibujar una sonrisa en su rostro tras la pérdida de su segunda final de Libertadores como DT (la otra había sido con Lanús ante Gremio en 2017).

El desafío del estratega azul y oro será reponer cuanto antes a sus dirigidos de esta derrota y afrontar con el resto físico y mental la recta final del año. La semifinal de la Copa Argentina contra Estudiantes (sería en Fecha FIFA de noviembre, en un estadio de la provincia de Buenos Aires) pasó a ser un objetivo enorme para un ciclo que sufrió el desgaste lógico por lo que genera el Mundo Boca en sí, pero fundamentalmente por la escasez de resultados positivos en el último tramo. No hay que soslayar que sin focalizar en merecimientos, los de la Ribera no triunfaron en ninguno de los siete cotejos que disputaron por la fase final de la Libertadores. Almirón ganó apenas uno de los últimos diez duelos que dirigió: contra Unión de Santa Fe en Copa de la Liga.

En una entrevista previa a la final, Mauricio Serna fue cauto a la hora de referirse a la posible renovación de Almirón y expresó que “todavía hay tiempo para resolverlo”. El Consejo de Fútbol no tomará decisiones apresuradas y dejará transcurrir el mes de noviembre antes de sentarse con el técnico, que mínimamente tendrá que mostrar entereza e intenciones de continuar para contar con crédito para el 2024.