Al igual que en el 2001 le había sucedido a los fanáticos del Villarreal, cuando querían festejar con Martín Palermo un gol y la baranda de la grada cedió al punto que lesionó al delantero argentino y lo dejó fuera de las canchas durante meses, ahora le tocó a los fanáticos del Vitesse, que de la celebración pasaron al susto luego de ganarle al NEC en uno de los clásicos del fútbol neerlandés.

El triunfo, que se dio gracias al gol de Nikolai Frederiksen en el minuto 16 del primer tiempo, generó la euforia de los hinchas visitantes, que habían colmado su sector para alentar al equipo que ahora está sexto en la tabla de posiciones.

Es que una vez terminado el partido, los jugadores fueron a celebrar con los hinchas, que habían viajado hasta el estadio del rival de siempre para alentar a sus futbolistas en una parada difícil. Y con la alegría a cuestas, los fanáticos afuera y los protagonistas adentro comenzaron a cantar y a saltar al ritmo de las canciones

En ese momento cedió la tribuna. Justo cuando los más alborotados se quisieron acercar hasta la baranda, la acumulación de personas generó que algunos escalones se derrumbaran, al menos parcialmente. Las imágenes fueron captadas por la televisión, que en vivo mostraba los festejos hasta que el momento sorprendió a todos.

?En un principio tanto los jugadores y periodistas como los hinchas dentro de la grada se preocuparon, pero eos momentos de tensión apenas duraron algunos segundos cuando todos notaron que nadie había resultado herido y entonces los fanáticos siguieron cantando en una tribuna al borde de colapso, pero que todavía se mantenía en pie.

La poca altura de la grada junto con el recaudo de los que estaban sobre la baranda, que empezaron a salir de ese sector, permitió que los festejos siguieran con cierta responsabilidad y que no haya víctimas ni personas lastimadas.