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Parricidio

La terrible confesión del hombre que asesinó a mazazos a su padre: "Una voz me ordenó"

El acusado quedó detenido, imputado por el delito de "homicidio agravado por el vínculo". Ocurrió en la localidad de Los Polvorines

10 Enero de 2024 01.05

Diego Iocca, el joven de 27 años acusado de asesinar a su padre en el interior de su vivienda de la localidad de Los Polvorines, confesó esta tarde que "lo mató porque una voz se lo ordenó".

"Una voz me ordenó que matara a mi padre", le dijo esta mañana a la fiscal Silvia Bazzani, quien a raíz de esta declaración solicitó al Juzgado de Garantías 5 que el Iocca permanezca detenido por el delito de "homicidio agravado por el vínculo".

También detalló que "lo remató" con un martillo, el cual fue secuestrado en la escena del crimen junto a otras herramientas que serán peritadas para establecer cuál fue la utilizada para cometer el homicidio.

A su vez, la autopsia al cuerpo de Iocca padre determinó que fue asesinado "por múltiples lesiones de arma blanca, en particular una que le dio en el corazón" y que "fue golpeado con un elemento contundente".

Fuentes judiciales explicaron que el joven "estaba internado en un centro de salud mental y podía salir los fines de semana para ir a su casa". Antes de la audiencia, fue sometido a una evaluación psiquiátrica de urgencia en donde se concluyó que se encontraba en condiciones de prestar declaración indagatoria.

 

El crimen

El brutal crimen ocurrió el sábado por la noche cuando Diego Iocca llegó a la casa de sus padres, ubicada en la calle Darragueira al 1000, en Los Polvorines. Su mamá estaba trabajando, por lo que solo encontró a su papá, Eduardo Iocca, con quien comenzó a discutir por cuestiones económicas.

Aparentemente, el joven le habría pedido dinero a su padre y él se la negó. A raíz de esto, el acusado agarró una maza que había en el lugar y golpeó a su padre en la cabeza. La víctima corrió y llegó a encerrarse en su habitación para evitar las agresiones y pedir ayuda.

Llegó a enviarle un mensaje a su esposa, a quien debía pasar a buscar por el Centro de Operaciones y Monitoreo (COM) de Malvinas Argentinas -su trabajo- en las primeras horas de la madrugada del domingo. Allí le advirtió sobre la situación que ocurría con su hijo.

Sin embargo, cuando la mujer llegó a su casa, se encontró con el piso bañado en sangre y su hijo encerrado en el baño limpiándose. Ante esta escena llamó rápidamente al 911 y cuando llegaron los efectivos policiales constataron la muerte de Eduardo.

A su vez, encontraron a Diego Iocca recién bañado, pero un pequeño resto de sangre detrás de sus orejas lo delató. Cuando profundizaron las pericias sobre el principal sospechoso, también encontraron restos hemáticos en uno de los brazos.

Pese a todos los elementos incriminatorios, Iocca ensayó una coartada que rápidamente fue derribada por los investigadores. El hijo de la víctima dijo que tanto su padre como él habían sido robados en el interior de la casa y detalló que Eduardo había sido asesinado por un delincuente.