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Cerca de 17 mil delegados de la Justicia controlarán las elecciones en cada centro de votación

Son designados por los jueces de cada provincia. Se encargan de asistir a los votantes e intervenir ante cualquier conflicto. Fueron creados en 2009 por María Servini. Algunas de sus historias

13 Agosto de 2023 08.08

Casi 17 mil personas cumplirán hoy un rol clave en cada lugar de votación. Son las encargadas de controlar que se vote con normalidad y de intervenir ante cualquier conflicto. Se trata de los delegados electorales, designados por la Justicia para ser “los ojos” de cada juez en los centro de votación. Es una figura que no está contemplada en ninguna ley y que fue creada en 2009 por la jueza María Servini para la ciudad de Buenos Aires y que luego se extendió a todo el país

“Nuestro rol central es el de ser un facilitador”, dijo una delegada electoral que cumple esa función desde su creación y que prefiere no dar su nombre. “Facilitar todo tipo de cuestiones con las que se encuentra tanto un votante como una autoridad de mesa que a veces están asustadas o nerviosas o tienen que lidiar con los fiscales”, agrega.

Hoy se votará en 16.950 locales en todo el país. En cada uno habrá un delegado electoral con su cartel identificatorio. Son los primeros en llegar y los últimos en irse. Su trabajo comenzó ayer porque son los que reciben al Comando Electoral y al Correo en cada colegio y de corroborar que todo esté organizado. Y hoy dejan los colegios cuando el escrutinio de cada mesa finalice y la información se transmita al centro de cómputos.

Ninguna norma los contempla. Fueron creados en para la elección legislativa de 2009 por la jueza electoral de la ciudad de Buenos Aires. “Decidimos poner gente en colegios que tenían muchas urnas y podía haber problemas y los primeros que puse fueron mis empleados judiciales, luego se sumaron de otros tribunales y aceptamos parientes o conocidos de la gente de trabaja conmigo. De todos tenemos una referencia de que parte de quien viene y nos aseguramos que no estén afiliados a los partidos políticos. Y por supuesto que los capacitamos para la tarea”, le explicó Servini a este medio.

La experiencia resultó tan buena que en las siguientes elecciones se siguió aplicando y luego la Cámara Electoral tomó la iniciativa y la aplicó en todo el país. En cada colegio los delegados están identificados con una credencial y cobran por la función. Esta elección el monto será de 15 mil pesos.

En la ciudad de Buenos Aires esa función la cumplen mayoritariamente empleados judiciales. Pero en el resto de las provincias son los directores de los colegios donde se votan o alguna de sus autoridades o docentes.

“Son el eslabón que une a los presidentes de mesa, que son la máxima autoridad en una elección, con el juzgado electoral”, definió un funcionario. Los delegados son clave en las provincias. “En la ciudad de Buenos Aires si se presenta algún problema grave la autoridad judicial puede presentarse rápido. Pero en el interior, donde las distintas son de cientos de kilómetros, el juez no puede ir. Por eso el delegado es muy importante”, graficó un magistrado electoral.

Además de reportar de manera inmediata cualquier incidente, después de la elección los delegados presentan un informe sobre cómo fue el día de la votación que pueda servir para mejorar en el comicio siguiente. Por ejemplo, si el colegio presentó alguna dificultad estructural para votar.

“Atiendo a la gente que llega y no sabe cuál es su mesa, ayudamos a los discapacitados, intervenimos en problemas que puedan surgir con los autoridades de casa mesa, o con los fiscales en el momento del escrutinio, hasta organizar a la prensa si en el lugar vota algún candidato o un famoso. También lidiar con quienes llegan a votar después de las 18 horas con el colegio cerrado y explicarles porqué no pueden entrar”, explica la delegada que prefiere no dar su nombre.

Situaciones imprevistas aparecen siempre. “En la elección del 2019 una chica fue a votar con el pañuelo verde en favor del aborto y la presidenta de mesa no la quería dejar votar porque le decía que era un símbolo ideológico que podía inducir al voto. Tuve que intervenir porque las dos mantenían su postura. Finalmente conciliamos que la chica se saque el pañuelo para entrar al cuarto oscuro. Cuando puso el sobre en la urna se lo volvió a colocar”, contó otro delegado de una experiencia vivida.

No tiene mucha exposición y son poco conocidos para el gran público pero tienen un tarea central en un día en el que se moviliza todo un país. Los delegados electorales están ahí atentos a que en cada lugar de votación se cumpla la tarea sin inconvenientes.